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Arancha Loeches: “Ayudar no es una tarea tan difícil si de verdad se intenta, y la solidaridad es enorme, a veces mucho mayor de lo que esperamos”

16 de febrero de 2023

El pasado 12 de diciembre de 2022 se dio a conocer el ganador de la primera edición de los Premios Fundación MTP ‘Compromiso de calidad con la sociedad’. El jurado de la Fundación seleccionó como merecedor del premio de 3.000 euros el proyecto presentado por Arancha Loeches Solana, que desarrolla en la isla de Zanzíbar (Tanzania). Se trata de una labor humanitaria centrada en la educación y en la sanidad, principalmente.

Arancha trabaja para conseguir y aportar a la población local de esta isla africana material escolar y educativo (entre los que están equipos informáticos que facilitan una iniciación en el mundo de la tecnología), suministros para los hospitales, muebles y equipamiento deportivo para los niños.

Hoy nos brinda la oportunidad de conocer su actividad y a ella misma un poco mejor. Entre sus mensajes, la invitación a colaborar en proyectos solidarios, ya que cualquier ayuda, por pequeña que sea, supone mucho.

Fundación MTP. – Arancha, cuéntanos acerca de ti, ¿de dónde eres, qué estudiaste y de dónde viene tu relación con Zanzíbar?

Arancha Loeches.- Soy de Talavera de la Reina donde viví hasta los 17 años; de ahí me fui a Madrid a estudiar Filología Alemana. Siempre me gustó mucho la idea de aprender idiomas porque los consideraba una herramienta fundamental para cumplir mi objetivo, que no era otro que salir al mundo, viajar y conocer otras culturas. Completé mis estudios con dos masters: uno en ‘Unión Europea’ y un segundo master/doctorado sobre ‘América latina, grandes oportunidades y desafíos’. En 2012, trabajaba y hacía mi doctorado en la Universidad San Pablo CEU, que me concedió una beca de investigación en Tanzania para hacer un estudio sobre el terreno de unos proyectos de microcréditos en mujeres, que gestionaban unas monjas indias. Estuve allí más de dos meses viviendo con ellas y visitando cada uno de sus proyectos. El final de mi estancia terminó en la Universidad de Zanzíbar, donde conocí a Abbas, que en ese momento era  profesor de biología marina en esa misma universidad. A partir de ese momento mi vida quedó unida a la isla (y a Abbas).

Fundación MTP. – ¿Cómo iniciaste tu actividad solidaria?

A.L.- Después de pasar varios meses haciendo investigación de los proyectos de microcréditos en Tanzania (continente) me di cuenta de que eran una realidad que no terminaban de funcionar del todo; las mujeres recibían mensualmente su crédito pero en la mayor parte de los proyectos no sabían muy bien cómo manejar ese dinero ya que no recibían ningún tipo de formación. En numerosas ocasiones utilizaban el dinero en tecnología (móviles y televisiones de alta gama en aldeas que apenas tenían luz), obviando temas tan importantes como la salud, la educación de sus hijos (casi siempre sin escolarizar), la salud reproductiva, la alimentación (niños sin comer y televisiones de 60 pulgadas en el salón…). Creo que el motivo fundamental era la falta de formación, de talleres de economía, de salud, de educación.

Cuando finalmente me quedé en Zanzíbar, en el pueblo de Abbas, comenzamos con estos pequeños talleres con las mujeres de su pueblo, a las que se fueron uniendo los pueblos cercanos. Al mismo tiempo empecé a dar clases de español y alemán en el colegio con una aceptación enorme; una población que vive del turismo comprendía que, cuantos más idiomas hablaran, más posibilidades tendrían de ganarse la vida. A partir de ese momento, esas colaboraciones con el colegio y en el hospital se extendieron a amigos y familia que venían a visitarnos y ese fue el comienzo.

Fundación MTP. – ¿Cuáles son las actividades que realizáis en Zanzíbar?

A.L.- Estamos centrados principalmente en dos sectores. En los colegios, donde recibimos voluntarios que imparten clase, colaboran en actividades con los niños por las tardes y hacen talleres con las mujeres.  Talleres de empoderamiento los llamamos, ya que enseñamos nociones , para nosotros muy básicas, como la importancia de la educación, la salud, salud reproductiva; insistimos mucho en esto porque, de media, las mujeres tienen entre 8 y 10 hijos a los que obviamente no pueden mantener ni ofrecer ni unas condiciones de vida apropiadas, ni por supuesto una educación a veces ni a corto plazo ( muchos niños no pueden hacer ni la primaria). Este último punto es una parte muy importante de nuestras aportaciones o donaciones: que un niño estudie un año de primaria en el pueblo cuesta 50 euros y muchos de nuestros voluntarios, incluso nosotros mismos, después de ver las situaciones de las familias  se deciden a pagárselo ellos mismos; de esta manera hemos conseguido que muchos niños del pueblo estudien la primaria.

Por otro lado, estamos presentes en el Hospital de Makunduchi, el pueblo de al lado, un hospital muy local y pequeño pero que atiende un área de más de 50.0000 personas y donde nacen cuatro o cinco niños diarios. Aquí actuamos con voluntarios , médicos o personal sanitario que, aparte de donar materiales, nosotros a nivel individual lo hacemos durante todo el año, comparten con los equipos médicos conocimientos y técnicas.

En el pueblo también hemos puesto en marcha un proyecto pequeño de donación de gafas; la gente del pueblo no tiene acceso a ellas, ni tampoco a un oftalmólogo, por lo que a través de donaciones de ópticas y particulares donamos las gafas que cada uno necesita.

Fundación MTP. – ¿Cuáles son los logros principales de vuestra actividad?

A.L.- Quizá la participación activa de nuestros voluntarios sea uno de los principales logros a nivel humano, gente que se implica tanto que vuelve, que dona, que aporta continuamente. A nivel material, en el colegio logramos que una ONG irlandesa dotara material informático para el colegio y mesas para los niños de infantil que estaban daban clase en el suelo. La escolarización de más de 200 niños ha dado sus frutos, ya que sabemos que 20 de ellos están ya en la universidad. Y ahora, con vuestro premio, hemos dotado al hospital de una nevera para los análisis, medicinas para unos diez meses y una valla para poder cerrar el perímetro del hospital y que no entren animales, algo que venían padeciendo desde hace mucho.

Fundación MTP. – ¿Cuál es la situación actualmente allí?

A.L.- Zanzíbar ha cambiado mucho en los últimos 10 años, sobre todo los núcleos urbanos, pero este cambio no es tan evidente en los pueblos, por lo que hay mucho por hacer. No podemos obviar que, a pesar de que creemos que algunas connotaciones culturales (de un país de cultura musulmana) afectan de manera negativa al desarrollo en muchos ámbitos, nosotros trabajamos siempre desde el respeto a la cultura local, algo que ellos agradecen y forma parte de una de nuestras máximas a la hora de actuar.

Fundación MTP. – ¿Cuéntanos una anécdota o ejemplo de satisfacción personal de tu labor en el proyecto?

A.L.- Como somos un proyecto muy humilde que actúa en un ámbito muy concreto como es el pueblo, o los pueblos donde vivimos, cualquier acción por pequeña que sea nos llena de orgullo. El hecho de poder escolarizar a los niños que conocemos, que conocemos a sus familias, que vemos todos los días, eso nos llena de un orgullo enorme. Al recibir vuestro premio Abbas contaba emocionado lo que ha supuesto para él, que ha nacido y crecido allí. Llegar al hospital de Makunduchi con las cosas que hemos podido comprar con el dinero del premio de la Fundación MTP, eso ha sido sin duda ninguna el mayor regalo en toda la historia de nuestro pequeño proyecto.

Fundación MTP. – ¿Cuáles son los próximos retos que tienes por delante?

A.L.- Seguir profundizando en las necesidades concretas del pueblo. Estamos pensando la manera de poder conseguir un laboratorio para los alumnos de secundaria, y seguir gestionando nuestro voluntariado exitosamente como una experiencia llena de riqueza y aprendizaje.

Fundación MTP. – ¿Qué supone para ti haber ganado el premio de la Fundación?

A.L.- Aparte del valor económico tan importante que ha supuesto, creo que para nuestro proyecto va a suponer visibilidad, la posibilidad que a través de vosotros nos conozca más gente que a su vez quiera colaborar e implicarse, y conocer de primera mano todo lo que esta experiencia les puede aportar y por supuesto todo lo que ellos pueden aportar en Zanzíbar.

Fundación MTP. – ¿Qué le dirías a las organizaciones, empresas y fundaciones e incluso a las personas acerca de las labores solidarias similares a las de nuestra Fundación?

A.L.- Ante todo a mí me gustaría reconocer vuestra enorme labor como fundación, tan amplia y efectiva, es admirable que desde la empresa se trabaje atendiendo a la gran cantidad de necesidades en muchos ámbitos y en muchos colectivos. No tenemos que salir de nuestro país, a veces ni de nuestro barrio para darnos cuenta de que las necesidades están en todas partes, cuidar la vulnerabilidad es algo que caracteriza a todas vuestras acciones y eso es muy loable. Creo que quizá compartamos la idea de que ayudar no es una tarea tan difícil si de verdad se intenta, y la solidaridad es enorme, a veces mucho mayor de lo que esperamos. Cuando se está en una situación de privilegio, es casi una tarea obligatoria y en eso sí que sois un ejemplo.

Fundación MTP

Redacción